lunes, 11 de mayo de 2009

Susy y la travesía por la armadura del poder


Eran las 45 de la madrugada, la luna estaba por esconderse, cuando una singular figura, se escabullía por las afueras de la ciudad. Era Susy, un monstruo como todos en ese planeta. Medía unos 4 metros de alto, era delgado y vestía con una armadura que le daba inteligencia y fuerza. Su extraña y codiciada armadura, sólo se podía conseguir enviándole vísceras de dragón en celo a un centinela del mal en un planeta encontrado a medio millón de años luz que sólo era encontrado por seres que sabían de su existencia para que se las entregue al único fabricante de esas armaduras en el universo.












Un día muy cálido (más o menos 150 grados centígrados de temperatura), Susy salió a comprar choclos en su Rolls-Royce. Como le fascinaban los choclos, se dirigió con gran prisa al hipermercado Wang más cercano. Una mala maniobra y la velocidad excesiva, fueron los factores que hicieron que Susy sufra un accidente de tránsito. Aunque salió ileso, su armadura quedó en un terrible estado. Se quedó muy intranquilo por lo ocurrido con su limusina y su armadura, sin embargo, de todas maneras fue a Wang a comprar choclos. Cuando se los devoró, llamó a un taxi para que lo lleve a un lugar especializado en ese tipo de armaduras. Como la suya era la única en 10 galaxias a la redonda, no encontró ninguna entidad como la que buscaba, pero encontró una en la que se trabajaba con armaduras raras.

Como el establecimiento era clandestino, le terminaron de malograr su preciado bien, por lo cual se puso triste y frustrado. Instantes después, decidió introducirse a la aventura de conseguir otra armadura, lo cual era considerado imposible. Cogió su traje “Dolce & Cahuana” y llamó a sus secuaces más confiables para que lo ayuden en su causa.

Lo primero fue buscar a un dragón en celo. Por suerte para Susy, era la época de apareamiento de los dragones en una galaxia cercana. Cogieron su bus intergaláctico de la empresa “Soyaz” y partieron. Por cosas del destino, el bus hizo carrera de pasajeros con otro de la empresa “Floras” e impactaron el uno contra el otro muy aparatosamente. Susy y sus secuaces, salieron volando por el parabrisas.

Increíblemente, cayeron al lado de un dragón en celo y le arrancaron las vísceras. Se sintieron muy satisfechos por su hazaña. Sabían que les esperaba un larguísimo viaje, por lo que descansaron en un motel del lugar.

A la mañana siguiente, se dirigieron a una empresa de renta de naves intergalácticas y rentaron una muy cómoda, e ideal para viajes largos. Escogieron una Chrysler “Town & Galaxy” y se enrumbaron a la galaxia “Olcoch le oroda”. Aunque parezca una extraña coincidencia, antes de llegar a la mitad del camino, un agujero de gusano chupó la nave y apareció en el garaje del castillo del mal en la galaxia “Olcoch le oroda”; ¡llegaron a su destino!

A penas bajaron de la nave, se les apareció el centinela del mal preguntándoles que se les ofrecía. El centinela del mal, comprendió la situación y decidió ayudarlos.
Le envió las vísceras al fabricante vía pozo mágico y éste le dijo que su armadura estaría lista en unos 5 años. Susy estuvo dispuesto a esperar.

Satisfechos, Susy y sus secuaces, volvieron a su galaxia de origen.

Susy no podía esperar para recoger su armadura nueva. Como para matar el tiempo, Susy se dedicó más a su trabajo y con lo que consiguió, hizo una importante inversión en la industria de los choclos. Esto lo hizo un poderoso magnate, y se puso muy feliz, pues comía todos los choclos que quería.

Pasados los 5 años, Susy recibió su armadura y se puso súper feliz, era el ser más feliz del universo.

A la semana siguiente, se automatizó el proceso de fabricación de las armaduras como la de Susy, y las daban de regalo por la compra de una cajita feliz en Mc Choclo’s.

Por el esfuerzo, el fabricante de armaduras le obsequió a Susy una magnifica edición limitada de armadura con diseño exclusivo de “Dolce & Cahuana”. Susy no estuvo del todo feliz, pero sí orgulloso por haber logrado todo lo que hizo.
Diego Sandoval N°26

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