domingo, 17 de mayo de 2009

Bronco y la estrella Rodrigo Tamanaja

Había una vez un extraterrestre recién llegado a la Tierra que se llamaba Bronco. Él no había llegado a la Tierra porque quiso, sino porque su planeta, catarolandia, estalló en millones de pedazos y la explosión fue tan dinámica que el impulso lo trajo hasta la Tierra a una velocidad muy fuerte.
Para esta época la Tierra estaba totalmente despoblada y destruida por completo en el sentido de que habían casas, carros, supermercados pero sin personas y casi en la ruina, por lo tanto Bronco era el único habitante de la Tierra. Él se sentía muy solo, tan solo que no esperaba el día en el que pudiera ir a otro planeta con más población, pero él sabía que eso era totalmente imposible para ese entonces porque no tenía ningún medio para irse de la Tierra.
Bronco no conocía la tierra muy bién y menos cuando se ponía de noche. La primera vez que vió la noche se asustó bastante porque como no habían luces en ningún sitio todo se veía oscuro. Pero una noche se dió cuenta de algo que lo iluminaba, y al mirar hacia arriba vió que había una estrella blanca, grande y brillante, que era la luna.
Todas las noches al mirar la luna Bronco sentía mucha curiosidad y de amor a esa estrella, él pensaba que había algo en esa estrella tan especial que lo conmovía con solo mirarla.
Le gustó tanto la luna que buscaba una forma de poder ir hacia ella pero no se daba cuenta de lo lejos que estaba de él y así todos las noches se paseaba por todo el planeta para poder encontrar, entre las casas o supermercados, algo para poder ir a la luna.
Pasaron varias noches de recolección y búsqueda por todo el planeta para que el pudiera conseguir algo de material para la construcción de algo que lo llevaría a cumplir su sueño, ir a esa grande y blanca estrella llamada luna.
Una noche ya casi había terminado de construirla, al parecer era una estructura redonda y grande de acero, pero le faltaba solamente una cosa que hiciera que esta nave se eleve y él no sabía que era.
Se la pasó pensando en que podía hacer y un día se dio cuenta de algo, caía agua del cielo, mucha agua y él tenia mucho miedo de que su estructura se echara a perder, así que esa noche cavó un gran hoyo y cuando acabó de excavar se dio cuenta de que algo salía del suelo, eso era petróleo, y recordó que en su planeta también había petróleo y lo usaban para las naves, Bronco no dudó ni un segundo y comenzó a sacar baldes para llenarlos con el liquido negro.
Para cuando acabó de llenar los baldes se dio cuenta de que tenía cientos de ellos, estaba muy emocionado y comenzó en ese momento a vaciarlos al tanque que tenía su nave espacial. Llenó el tanque y todavía le sobraban más de cincuenta baldes y los envolvió para llevarlos consigo en el largo viaje.
En el camino Bronco estaba muy emocionado y no veía el momento en el que llegara a la luna, pero surgió un problema en el camino, la nave se desviaba un poco y no iba a ir exactamente a la luna solo la iba a rozar. Pero él tenía una idea que consistía que todo el peso de todas las cosas que el tenia ahí lo pasara para un lado para que la nave se inclinara un poco y así él pudiese llegar a la luna, así lo izo y con mucho esfuerzo lo logró.
Faltabas pocos minutos para llegar a la luna y él ya podía verla de cerca. Al llegar no había nadie a simple vista, cuando bajó podía ver a una persona que se acercaba a él y en cuanto mas se acercaba la podía ver mejor, cuando se dio cuenta reconoció que era una persona de su misma especie y se alegró bastante. Luego de eso el otro personaje izo una señal con la que salieron varias personas de su planeta.
Bronco vivió una vida muy buena junto con algunos amigos y familiares y ellos mismos le pusieron de nombre catarolandia II.

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